El episodio 5º de la serie Show Me a Hero, posee uno de los momentos más mágicos de la historia de la televisión. Sí, probablemente exagero, pero la verdad es que me ha conmovido mucho.
No es un gran plano, no hay una excelente interpretación, no hay una luz maravillosa... Simplemente hay una taza, una jodida taza rota, una pequeña y corriente historia en torno a una taza rota. Atención Spoilers. Para los que no la hayan visto o no tengan ganas de verla, os intentaré hacer un breve resumen de la serie y de esa secuencia. La acción de "Show me a Hero" se sitúa en Yonkers una pequeña ciudad cercana a Nueva York, donde el ayuntamiento tiene pendiente la construcción de un conjunto de viviendas sociales en uno de los barrios ricos y de mayoría blanca. La serie muestra las distintas posiciones de políticos y ciudadanos ante la construcción de esas viviendas. Pues bien, en el capítulo 5º, un grupo de mujeres blancas contrarias a la construcción de esas viviendas en su barrio, son elegidas por un comité del ayuntamiento para seleccionar o comprobar que las personas que van a recibir las viviendas están capacitadas para vivir en ellas. Dicho comité pretende hacer cambiar de opinión a aquellas personas del barrio más contrarias a la presencia de esas viviendas. Unas mujeres blancas de edad avanzada van visitando las casas de los candidatos en los suburbios y comprueban la difícil situación a la que se enfrentan diariamente sus habitantes. En una de las visitas, les recibe una gran señora negra que sirve a las mujeres un café en su mejor vajilla. La anfitriona se percata de que la taza que ha puesto a su importante invitada está rota, y con un gesto de normalidad y de sencillez se la cambia por la suya. La invitada se ha dado cuenta del gesto y comprende que es lo mismo que haría ella, dándose cuenta de que sus vidas son más parecidas de lo que piensa. La taza, esa jodida taza, ese pequeño atrezo, pone sentido a una secuencia cargada de poesía y de sentido. Con frecuencia pasamos por alto la importancia de ese atrezo, es necesario descubrir lo fácil que es conmover al espectador con algo tan pequeño y cotidiano. Por eso, en la dirección artística es necesario concentrarse tanto en lo grande como en lo pequeño, de nada sirve gastar cantidades exageradas de dinero en grandes decorados, si luego somos incapaces de acertar con atrezo que va a ser fotografiado en primer plano.
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Los tiempos han cambiado, la verdad es que hace tiempo que he dejado de utilizar el dibujo para vender una idea. Puedo dibujar para aclarar un problema constructivo a un carpintero o para que se entienda una determinada forma, para estos casos el dibujo es lo más rápido y lo más eficaz.
Pero a la hora de presentar un proyecto he dejado de dibujar, dibujar con lápiz y papel. He pasado a "dibujar" con el ordenador, presentando bocetos más o menos realistas. Particularmente, busco en los bocetos no tanto acercarme a la realidad sino generar unos ambientes acordes con la idea que tengo del proyecto. Para mí, no es tan importante imitar el reflejo del agua, o el detalle de una moldura, sí es importante que se entienda que hay agua y que hay una moldura, pero no trato de engañar al espectador o al cliente con la realidad. Trato de explicar en los bocetos cómo va a quedar su proyecto, en qué se va a gastar su dinero, qué volúmenes vamos a conseguir, qué tipo de materiales vamos a utilizar. Creo que al cliente le da seguridad no tener que imaginarse cómo va a quedar, son imágenes con proporciones reales que se ajustan bastante al resultado final. Algo fundamental en este método de trabajo es la posibilidad de modificar colores y texturas fácilmente. Es fácil que a lo largo de la construcción del proyecto tenga que probar diferentes texturas en los bocetos finales, un papel pintado descatalogado o una tela que está fuera de presupuesto, hacen que tengas que probar otras opciones. Para ilustrar esta entrada he traído unos ejemplos de bocetos que tengo en mi portfolio. Pertenecen a la serie Imperium. En ellos se ven distintas versiones de color y el resultado final. Supongo que habrá gente que piense que abandonando el dibujo se pierde algo en la dirección artística, se pierde la magia de esos dibujos maravillosos que hemos visto de antiguas películas. Yo sinceramente no lo creo. No me considero un extremista, si he dejado de dibujar ha sido de manera natural y porque me resulta más cómodo plantear un proyecto al cliente de esta manera. Sigo presentando bocetos a dibujo cuando creo que es necesario. |
AuthorJorge de Soto Archives
September 2015
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